Kurt Vonnegut: De la Tierra a Tralfamadore I

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 “Si esto no es estupendo ¿que cosa lo es?

Alex Vonnegut

El 13 de febrero de 2001 un fallo en el continuo espacio-tiempo provoca un salto en la línea temporal hacia atrás de una década. El súbito accidente cronal condena a la humanidad a sufrir un gigantesco déjà vu, durante el cual cada persona se verá obligada a revivir los anteriores diez años, sin posibilidad de alterar los acontecimientos ya vividos.

Este es el punto de partida de Cronomoto, publicada por la editorial Malpaso en Octubre de 2015. Se trata de la última novela que escribió Kurt Vonnegut, así como también la única que permanecía inédita en español[1]. Publicada originalmente en 1997 bajo el título de Timequake, supuso además la despedida del autor de la literatura de ficción, cerrando la cuenta en 14 novelas y un gran número de relatos. Aún así, sus lectores aún llegaríamos a disfrutar de novedades como algún ensayo y, póstumamente, de varios libros recopilando discursos y cuentos inéditos.

La lectura de Cronomoto invita, por su planteamiento, a la memoria. Uno no puede evitar verse a sí mismo diez años atrás y pasar revista de las experiencias vividas durante ese tiempo. Fue por ese entonces cuando un amigo me prestó Las sirenas de Titán. Para mi, esa fue la puerta de entrada al universo del escritor de Indianápolis, que desde sus primeras páginas me atrapó para no soltarme más. El carisma de los personajes, un humor negro dispuesto a reírse de todo y una honestidad brutal conforman bajo la mano de Vonnegut una personalísima mezcla de literatura humanista, ciencia ficción y sátira insuperable.

Dado que soy un lector obsesivo, la aparición de un nuevo autor interesante siempre ha ido de la mano de la necesidad de conseguir todas sus obras. Leerlo todo, leerlo ya. Por supuesto, Vonnegut no sería la excepción. Pero si me viera obligado a revivir la década pasada, volvería a sentir la desilusión de la búsqueda infructuosa. Y es que a principios de este siglo todo lo que uno podía encontrar del genial escritor norteamericano en cualquier librería española era una larga lista de títulos agotados y descatalogados. Tan solo las editoriales Anagrama y Minotauro mantenían alguna referencia en mercado: Matadero Cinco la primera, Galápagos y Las sirenas de Titán la segunda. Para desgracia de mi yo de entonces, aún faltaban unos años para que Vonnegut pudiera ocupar un espacio considerable en cualquier estantería.

Siempre me pareció sorprendente ese vacío. A Vonnegut lo acompañaba un estatus de autor de culto, de referencia para varias generaciones de escritores posteriores, de lectura indispensable. Siendo así, ¿por qué era tan limitada su presencia en nuestro país?

Porque llegaba tarde.

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La producción literaria[2] de Kurt Vonnegut se dilata a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. Entre la aparición de su primera novela (La pianola / Piano player; 1952) y la última (Cronomoto / Timequake; 1997) pasaron 40 años. Durante ese tiempo escribió 14 novelas, 8 de ellas entre 1959 y 1979[3]. Es durante este período de 20 años que el autor presenta las que serán consideradas unánimemente sus mejores obras. Las sirenas de Titán (1959), Madre Noche (1961), Cuna de gato (1963), Matadero cinco (1969), El desayuno de los campeones (1973), son el fruto de esos años y muestran lo mejor de un autor en plenitud creativa, abierto a la experimentación y que evoluciona libro a libro. Es sin duda la época donde Vonnegut se consagra como una de las voces más importantes de la literatura estadounidense, a la vez que se erige como referente de los movimientos contraculturales. Con el país inmerso en la guerra de Vietnam, el nombre del escritor se integra en el imaginario colectivo de parte de la sociedad norteamericana, donde permanecerá hasta la actualidad.

A España llegaría durante los años 70 por mano de la ya extinta editorial Bruguera. Fue el principio de una trayectoria editorial siempre cambiante. A lo largo de las tres décadas siguientes las obras de Vonnegut pasarían de mano en mano, publicándose a puntualmente en distintas editoriales. Además de la mencionada Bruguera, también acabarían apareciendo títulos en Plaza y Janés, Grijalbo, Alfaguara y Anagrama.

Pero aunque Vonnegut es un autor consagrado, en nuestro país sus libros siempre se han movido más por el boca-oreja y la recomendación expresa que por ser un autor popular. Habitualmente las tiradas eran cortas y las reediciones, escasas o inexistentes. Además, la producción del autor se dilató a lo largo de los años 80 y 90, cuando finaliza su relación con la escritura de ficción. Si añadimos a eso el hecho que sus obras más famosas ya contaban con varias décadas a sus espaldas, no es sorprendente que el nuevo siglo naciera prácticamente huérfano de títulos disponibles.

Este es, pues, el contexto que me tocaría revivir si se diera el desbarajuste temporal propuesto por Vonnegut en Cronomoto. Pero también sería testigo de los acontecimientos que nos llevan hasta la situación actual, donde existen no menos de una docena de textos suyos publicados y disponibles en cualquier librería. El aumento de presencia del de Indianápolis en el mercado patrio se puede explicar a través de la irrupción y proliferación de nuevas editoriales en el panorama español, pero debemos considerar también otro factor:

El 11 de abril de 2007 Kurt Vonnegut murió.

Por macabro que nos parezca, por funesto que sea, es inevitable apuntar que el negocio editorial se beneficia de la defunción de un autor. La mercantilización de la muerte es algo a lo que lectores nos hemos acostumbrado, y rara es la ocasión en que la desaparición de un literato no supone recuperar su presencia en los catálogos de novedades. Así ha sucedido en Estados Unidos desde 2007 con Vonnegut.

A la par de ese proceso, en España asistíamos a la puesta en marcha de un gran número de proyectos editoriales alternativos. La mayoría de estos pequeños sellos cuentan con características parecidas: apuestan por rescatar géneros maltratados, dan espacio a nuevas voces y, sobretodo, recuperan títulos y autores dejados de lado por los grupos más grandes. El nombre de Vonnegut encaja a la perfección en ese contexto y así, aprovechando el rebufo de las publicaciones estadounidenses, nos encontramos a lo largo de estos cinco años anteriores con un aumento del espacio que Vonnegut ocupa en las estanterías.

Dado que dedicaremos el próximo artículo a desgranar una a una todas las referencias disponibles hoy día, basta decir que hasta ocho editoriales tienen actualmente algún Vonnegut en su catálogo. A las fieles Anagrama y Minotauro se añaden la ya mencionada Malpaso, Sexto Piso, La Bestia Equilátera y, en catalán, Edicions Fonoll, Edicions Proa y Males Herbes. Entre todas suman un total de quince títulos donde cabe todo: relatos, novelas, discursos y ensayos.

Tras un breve viaje de ida y vuelta de diez años, solo nos falta visitar la librería más cercana, localizar al autor, y escoger a través de qué obra rendir un tributo merecido para uno de los grandes escritores del siglo XX. Y es que a fin de cuentas, los que lo conocemos sabemos que Kurt Vonnegut no murió aquel abril de 2007.

Tan sólo se cayó del tiempo.

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[1] Sí existía, por otro lado, una edición en catalán: Salt en el temps (Angle Editorial, 2003).

[2] Me refiero exclusivamente a novelas.

[3] Las sirenas de Titan (The sirens of Titan; 1959), Madre Noche (Mother Night; 1961), Cuna de gato (Cat’s cradle; 1963), Dios le bendiga, Mr. Rosewater (God Bless You, Mr. Rosewater, oi Pearls Before Swine; 1965), Matadero cinco o La cruzada de los niños (Slaughterhouse-Five, or The Children’s Crusade; 1969), El desayuno de los campeones (Breakfast of Champions, or Goodbye, Blue Monday; 1973), Payasadas o ¡Nunca más solo! (Slapstick or Lonesome No More; 1976), Pájaro de celda (Jailbird; 1979)

 

Texto y fotos: Bernat Colomer

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