Nostalgia por una rutina interrumpida

El pasado viernes 10 se presentó en Barcelona, en la sala Taller 131, la proyección de fotografía Nostalgía de una rutina interrumpida. Recorrido visual por una Ucrania que ya no existe.

La comisarias del proyecto Las Produ, nos lo describen así:

«Internet a veces es capaz de crear conexiones potentes, y gracias a ello 8 jóvenes fotógrafos emergentes de varias ciudades y pueblos ucranianos se han conocido virtualmente y han decidido empezar una colaboración, intercambiar su obra fotográfica, en el medio de una guerra, y luego juntarla toda en un maravilloso viaje visual que recorre espacios exteriores e interiores del país y también lugares fuera de sus fronteras, a los que algunos de ellos han viajado. Como forma de resistencia a la actualidad, un poco para decir “seguimos aquí”. Una reivindicación del derecho a lleva a cabo su trabajo a pesar de que se haya perdido toda rutina. Un conjunto de imágenes de la cotidianidad, orgánicamente disorgánico, como lo es la humanidad misma. Lugares físicos, con detalles que nos cuentan historias de vida y nos hablan de la realidad ucraniana y su modo de vida, y lugares más metafísicos, del alma, que hablan un lenguaje universal.


Ucrania es un país del que últimamente se habla mucho. Tan cercano y a la vez tan alejado, geográficamente y culturalmente. Muy pocas personas de aquí han visitado el país, la gran mayoría lo desconocemos, y cuando oímos hablar de ello, no podemos que recurrir a nuestro imaginario colectivo y figurarnos de manera aproximada su gente, sus paisajes, su cielo, sus colores, sus calles, sus fábricas, sus teatros, las luces de sus bares y sus casas, y lo que sucede dentro de esas paredes. Tampoco sabemos mucho de su fermento cultural de frontera entre Occidente y Oriente, nada o muy poco sabemos de sus artistas emergentes de los últimos años. Lo poco que llegamos a conocer es el limitado conjunto de imágenes que encontramos en la red.

Nostalgia de una rutina interrumpida nos ayuda en el proceso de representación de la realidad ucraniana, enriqueciendo nuestro universo, nuestros imaginarios individuales y colectivos, creando nuevos espacios de la mente y nuevas reflexiones.

La rutina está hecha de prácticas que se repiten en el tiempo y, como toda repetición, tiene para muchos una connotación negativa. Sin embargo, no hay que olvidar que tiene también un lado positivo, ya que aporta coherencia a nuestro quehacer diario y gracias a ello, un bienestar emocional y psicológico. Lamentablemente nos damos cuenta de ese aspecto tan solo cuando la perdemos.

Este proyecto es, en definitiva, una oda nostálgica a la rutina perdida, a toda esa serie de actos, gestos, rituales que dibujan los márgenes seguros de nuestra cotidianeidad y que pocos acontencimientos pueden llegar a romper tanto como un conflicto bélico. Pero no se queda parado en el sentimiento de nostalgia, sino va más allá: tan solo por el mero hecho de existir, este proyecto es la prueba que prevalece la voluntad de sobreponerse a las adversidades y seguir ofreciendo al mundo su mirada única y especial.»

 Los fotógrafos participantes son: Yana Sidash, David Grigoryan, Viacheslav Onyshchenko, Maya Makeeva, Tanya Redchenkova, Alex Miskin, Lisa Bukreeva, Roman Tihii.

Después de la proyección, la participante en el proyecto Maya Makeeva, quien nos visitó desde Ucrania, dio lectura a un Poema y la cantante Aya dio un pequeño concierto.

 

Fotos: Rafael Reina

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