Estampa de una inexperta, RetroBarcelona 3ª Ed.

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Para mis Snows.

El primer día que vi una maquinita fue en la tiendita de la esquina de mi casa de la Colonia Lindavista. El juego de la maquinita era Street Fighter. Siempre había muchos chavitos alrededor de ella, pues era la única en toda la colonia. Mis hermanos –quienes ahora son los “snows” creo que por el juego Snow Brothers– iban casi todas las semanas, según recuerda mi memoria de hace casi más de veinte años. Y a veces los acompañaba a ver cómo jugaban, pero nunca jugué. Era una voyeur de los videojuegos. Lo mismo sucedió cuando mis papás les compraron el Intellivision, o el Atari con Pac-man y los Asteroides. El único juego que recuerdo del Play Station (no sé qué versión) es el Mario Bros. Y me pasaba lo mismo, sólo los veía jugar. 3

Luego tuve un novio “peor es nada” que me llevó a las maquinitas de un mall cuando desaparecieron de las tienditas. Y también me demostró en su primera cita lo chingón que era con Street Fighter, el II o III o ¡qué se yo!, pero no jugué.  Pero toda esa energía concentrada de mi “querer” fue desquitada hace tres años, cuando en Barcelona se creó la RetroBarcelona. No tenía noción de las perspectivas de los juegos, ni las sigo teniendo, creo que es cuestión de “callo”. Apretaba todos los botones, pues salían patadas o golpes como locos y era la única manera de derrotar a los malos. Era, soy mala, malísima en las maquinitas, los expertos se ponen detrás de ti para ver lo malo que juegas y no se callan. Pero como ya tengo una edad, ahora no me importa, si no es ahora, cuándo y ¡cómo me divertí! ¡Cómo saca uno toda la energía que trae dentro tan sólo en los botones de una máquina!8Este año se celebró RetroBarcelona por tercer año consecutivo, ahora en el Museu Marítim. Se extrañó ver a los Star Trek y un poco de más espacio y ventilación, pero la diversión fue la misma. La fortuna de tener RetroBarcelona es que tienes Coins ilimitados, si es que alguien no está esperando su turno. Y así acabamos todas las pantallas de Sunset Riders, Vendetta y nos faltaron pocas de Cadillacs and Dinosaurs y de Final Fight. Es la mejor manera de desconectar del mundo real, te metes tanto que ojalá hubiera podido jugar una partidita en mi infancia para entender las mentes de los chavos y de mis hermanos, un poco más.2Una sobredosis de juego suficiente para tenerla durante un año, espero que vuelva el próximo y también espero aclararme con las perspectivas.

 

Texto y Fotos: Carolina Hernández

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