Pac-Man «vuelve»

Aún y contar ya con una ultratumba continuada y asegurada en dispositivos móviles y diversidad de compilaciones y remakes en plataformas actuales, nos dicen que “Pac-man vuelve” (por enésima vez), en esta ocasión en forma de una nueva serie de animación (la compleja personalidad de Pac-Man y la profundidad de su “mundo” se prestan muchísimo a la dramatización por episodios – está claro), un nuevo juego, y naves industriales rellenas de merchandising. Los dibujos parecen ser la típica memez para niños en la cual Pac-man recibe el apodo molón de “Packster”. Es un aguerrido y estudioso (pero marginado y cagueta) estudiante en la escuela de los M&M’s. Se pone hasta el culo de comer, huye de un abusón cayendo en un cubo de basura y, de forma absurda, se mete dentro de un quilométrico laberinto (con pasadizos secretos underground) que está emplazado (muy sensatamente) justo al lado del instituto. En la intro (cantada por un señor pasado por vocoder desganado) vemos además un fantasma con plátanos en la mano, “Packster” con mierda verde en la cabeza (o, vamos, en su cuerpo-cabeza) y volando en un skate (¿no es muy finales de los 80 esto?) con sus amiguillos. ¡Esas voces! Uh-huh uh-hum.IMG_0856

El nuevo videojuego, por lo que parece, es la esperable integración de la clásica mascota 2D en un entorno 3D un poco al estilo de Pac-Man World para la PS1. Pac-Man siempre ha sufrido, por supuesto, de la maldición de los arcades bidimensionales – en concreto, las necesidades del mercado que exigían su conversión a nuevos géneros y entornos. La maniobra les salió simpática en algunos casos, como los dos juegos que sacaron para la SNES, Pac-in-time (un plataformas genérico pero funcional) o el genial Pac-Attack (reimaginación de Dr. Mario). En otros, el resultado fue más bien chunguero – intentos de emulación de Nintendo como Pac-Man Fever (party game) o Pac-Man World Rally (juego de karts con música de Dweezil Zappa – ?!?!). El paso a las tres dimensiones (entre comillas) ya lo había aguantado bien en los 80 con Pac-mania, que ofrecía  una perspectiva isométrica y permitía a Pac-Man botar por encima de los fantasmas. La duda permanece al respecto de si a estas alturas aún es necesario machacar la oronda criatura. Quizás influya que según una encuesta de los Récords Guiness de hace unos años, se desvelara como el más reconocible personaje de videojuegos.IMG_0911

En ocasión de este “regreso”, en el espacio Ailaic de Barcelona se montó una pequeña exposición en honor del hijo pródigo de Namco. En vez de edificar un rocambolesco laberinto con fantasmas pululando, optaron por conectar diversidad de consolas y algunas cabinas arcade que ofrecían varias entregas de la “saga”. La más popular y admirable, sin duda, Ms. Pac-Man, actualización seria y digna del original. Acudieron mayormente padres con hijos. Con la excusa de la supuesta infantilidad de la materia, intentaron forzar a los niños a jugar a Pac-Man con pésimos resultados: la chavalez de hoy no está por hostias, no tienen la paciencia para enfrentarse a un juego tan duro y brutal. Recuerdo mis primeros enfados cagándome en los fantasmas en un puerto del original para el Commodore Amiga. La animación de Pac-man muriendo y desapareciendo sobre sí mismo, pudriéndose, junto con ese sonidillo patético, era pura tortura para la mente de un chato de seis años. Felices cuarentones viciados al joystick, aburridos pre-púberes holgazaneando cerca. Completaban la exposición un puñado de figuras de acción, carteles de los ochenta y retorcidas plasmaciones artísticas del imaginario Pac-Man.

Sí, amigos, no sólo en Hollywood insisten en insistir en lo mismo. Aunque, a decir verdad, nos encantaría ver una versión en pantalla grande de Pac-Man – éste caracterizado como alienígena caníbal destroza-humanos amante de las frutas. Ya contamos con su esqueleto. ¿quién pone el dinero?

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Texto: Xavier Gaillard

Fotos: Ismael Llopis

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