#bestfestivalever, hora d

¿Por qué no una gala? era la pregunta que circuló por las bocas de todos los que se subieron al escenario de la sala Apolo el pasado miércoles. Responsables y presentador, un Johann Wald chistoso, aún teniendo que justificar su pirotécnica rueda de prensa, presentación del cartel embellecida (o quizás más bien embrutecida) con las actuaciones en directo de despropósitos sonoros como Extraperlo y/o la Bien Querida. Y de propina unos simpáticos vídeos alrededor del hipsterismo. Porque como todos sabemos, los jispters tienen la doble capacidad de 1) no admitir que lo son y 2) reírse de ellos mismos. A la vez.

Todo ello se aplica a la Gala, con gé muy mayúscula. ¿Por qué no? Horterismo y caspa previsibles en un entorno tan modernazo, pero hecho con gusto, con luces. Así, los asistentes entraban en el recinto via la [2] de Apolo, donde un divertido photocall les amenizaba unos primeros segundos, para después apalancarse en alguna silla ya en la sala principal, Heinekens en mano. Un discurso emotivo de un nerviosísimo Albert Guijarro, co-director del festival (junto con el conocido opinionista del twitter Gabi Ruiz), resaltaba el papel del festival como procurador de felicidad en tiempos grises (la música es una droga, etc); y las palabras del Delegado Municipal de Turno recordaron batallitas pasadas (ancianísimas: alguna incluso contaba con Joan Clos como protagonista). De repente, la pantalla mostró un vídeo de minuto y medio mostrando la totalidad del cartel, ante el griterío y los sopapos de un público muy motivado, brutal, risueño. Una dura sobredosis de información. El responsable de booking subió, repasó todo el cartel para que todas las bandas recibieran los yeys pertinentes (o fueran ignoradas) y salieron Antònia Font a marcarse unos temillas.

A continuación, un repaso a los Cabezones de cartel del próximo PS que nos espera en mayo, el mejor festival de la historia:

r_640_906_408555_10151414739238156_1057073131_n

THE POSTAL SERVICE: responsables de un único álbum que nos quieren colar como “disco generacional”. Dos hits, unos directos apestosos y una confusa sonrisa.

PHOENIX: banda francesa que alcanzó popularidad cuando Sofia Coppola se trincó a su líder. Aparte, tienen dos o tres discos de synth-pop placiente.

ANIMAL COLLECTIVE: formación ““experimental”” (nótese el abundante uso de comillas) de popularidad descendiente.

TAME IMPALA: hype de la temporada, unos mozalbetes australianos que, según nos quieren vender, lo petan en eso de la psicodelia.

GRIZZLY BEAR: otra banda neoyorkina de vocecitas y bostezos.

BLUR: boyband británica que llena el cupo anglosajón del año.

NICK CAVE AND THE BAD SEEDS: boyband australiana que llena el cupo ex-mostachón del año.

THE JESUS AND MARY CHAIN: unos Grandes del postpunk reconvertidos en vagos vejestorios que llevan más de seis años anunciando nuevo álbum.

MY BLOODY VALENTINE: algo tan ruidoso y brutal que en su anterior visita recomendaban el uso de tapones. Aguerrido.

WU-TANG CLAN: dignos representantes de la cuota negra del festival.

THE KNIFE: dudoso dúo electrónico que lo “dejaron” para volver siendo un “clásico”.

JAMES BLAKE: el chaval de la cara borrosa.

BAND OF HORSES: el aburrimiento personificado en un puñado de entrepiernas barbudas.

FIONA APPLE: secretiva, escapadiza y porrera cantautora famosa por los breves títulos de sus discos.

LOS PLANETAS: más vistos que Deerhunter.

 

Texto: Xavier Gaillard

Be first to comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.